martes, 15 de diciembre de 2015

Más vale plátano en mano…


Era un día raro, mi humor no era el mejor y Haru no ayudó a que este mejorara, al contario, parecía que su objetivo esa tarde era hacerme enojar. Así que,a regañadientes, dimos un incómodo paseo por el mercado de Casas Alemán. Haru, que de pronto recapacitó, se dio cuenta de que estaba a dos segundos de golpearla y trató de remediar la situación comprándome lo más dulce que encontró.
 Al llegar al puesto, mi mirada se iluminó al ver la gran variedad de postres que ahí se ofrecían: cerezas, manzanas cubiertas, pasteles, duraznos en almíbar, plátanos fritos, fresas con crema y otras delicias. A las dos se nos antojó el plátano pero las fresas se veían tan apetitosas que, inevitablemente, dudé. Haru al darse cuenta de mi vacilación y con el ánimo de congraciarse conmigo, me dijo: “pidamos las dos cosas y compartimos”.
Ya con nuestros postres empacados y dirigiéndonos al auto,vislumbré aquello que me quitaría por completo el mal humor y reviviría mi entusiasmo por la vida: una sensual gomichelaque me atrajo inmediatamente.
Ya en el auto, nos vimos ante una disyuntiva: por un lado, como ya habíamos aprendido, la comida para llevar pierde sus propiedades de consistencia y no queríamos que eso sucediera. Por el otro lado, las gomichelas se veían tan sabrosas que no podíamos esperar a probarlas. Así que las combinamos y rezamos porque no hubiera consecuencias nefastas en nuestros organismos.
Después de ese momento, ya  nada importó, el pleito era cosa del pasado y, emocionadas, nos abalanzamos sobre el plátano. Nunca lo había probado con tantos aderezos, normalmente, me gusta sólo con leche condensada, pero la mezcla de crema, leche, mermelada y granillo de chocolate me abrieron la puerta a un nuevo mundo de sabor. Las fresas estaban buenas sin embargo, no fueron nada del otro mundo.

Nuestras oraciones no fueron suficientes y tristemente, la mezcla del limón de las gomichelas y la crema de los postres no produjeron un resultado agradable en nuestros cuerpos, pero no vale la pena entrar en detalles. Lo que sí puedo afirmar es que todo valió la pena y que no hay disgusto que sea inmune a las cosas dulces.


A primera vista

No le decía que no

¿Cómo estuvo?

He tenido mejores... 


Una foto publicada por Garnacha Porn (@garnacha_p_o_r_n) el
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